domingo, 24 de mayo de 2009

Pedro ante la asamblea de Padres y Madres

El 20 de mayo la APYMA del instituto convocó una asamblea a la que me invitó a participar para explicar lo que había pasado desde la asamblea anterior de octubre. También querían que participaran los padres y madres de los alumnos afectados, pero a última hora éstos decidieron no hacerlo.

Lo que sigue es el texto que leí. Es largo, pero creo que tiene su interés, porque realmente es lo primero que escribo para explicar todo. Me parecía necesario que los primeros en recibir estas explicaciones fueran los padres y madres del instituto.


Arratsalde on guztioi, buenas tardes a todos.

Antes de empezar quiero daros las gracias por todo el apoyo que he recibido estos meses. He tenido motivos para estar hundido pero gracias al cariño que he recibido de tantas y tantas personas creo que podré salir adelante.

También quiero daros las gracias por haber organizado esta asamblea. Para muchos de nosotros era necesaria, pero no ha sido fácil. El tema se ha salido absolutamente de cualquier marco previsible y hace que todo sea más difícil, pero gracias al esfuerzo de la APYMA y de la comisión de convivencia al final hemos conseguido reunirnos para hablar.

En la presentación que hemos escuchado se marcan los objetivos de la reunión. Creo honradamente que esto es lo que venía a decir el Consejo Escolar en el documento que aprobó con 10 votos a favor, ninguno en contra y 3 abstenciones el pasado 12 de marzo y que ya la APYMA ha refrendado como suyo.

El primer punto es el que manifiesta el apoyo de la comunidad escolar al director, a mí. Ya os he dicho cuánto lo necesitaba y cómo lo agradezco. Tengo que añadir, sin embargo, que la trascripción que se ha hecho no es exacta. El Consejo escolar decía que las acusaciones contra mí eran “injustas”, lo que es peor que ser “graves”. Pueden ser justas siendo graves, pero no lo eran. Graves sí, injustas también.

Además se añadía algo que no se ha dicho aquí y es que se pedía al sindicato LAB que las rectificara. No tengo ninguna esperanza que lo haga, y conste que con ello hay mucho en juego, pero creo que es importante recordar que así se le ha pedido también desde el Consejo Escolar del instituto. La autocrítica es un requisito ético básico en la acción de la izquierda y en este punto está claro que ese sindicato falla.

El siguiente punto del que voy a hablar no es el segundo, sino el tercero. El Consejo Escolar, entendiendo la preocupación de los alumnos y las familias afectadas, pide a quien pueda hacer algo que lo haga para que el tema vuelva a ser considerado como un asunto disciplinario interno del instituto.

Sobre lo que ha pasado poco más puedo añadir. Quizás sí que tenga que aclarar algo que está confuso y fue la decisión de no informar inmediatamente a las familias de los alumnos que identifiqué. Ahí tuve una duda grande y la sigo teniendo. Sé por qué opté por la discreción: para atrasar lo más posible el previsible escándalo, que poco iba a favorecer de cara a las decisiones judiciales, y para evitar un disgusto a algunas familias, porque estaba convencido que sólo unos pocos de los identificados iban a ser citados por el fiscal, que fue lo que pasó. Opté por la discreción y alguna familia me lo ha agradecido, aunque entiendo que no estén contentos conmigo. Están en su derecho de pensar que hubiera estado mejor callado.

Pero una cosa es optar por la discreción y otra por el secreto. Mi decisión no fue secreta. En el consejo escolar de diciembre, el primero tras tener que escribir mi informe, ya dije que había tenido que identificar a alumnos y en el de enero no dije los nombres, pero sí que expliqué el criterio que había seguido. Los alumnos de bachillerato, no de ESO, que estaban en la primera fila además de los dos expedientados. Y entonces las fotos seguían estando en la web de gaztesarea, así que de secreto nada. Y volví a decir que cuando supiera que a alguno se le iba a llamar a declarar se lo diría a la familia, que es lo que hice cuando volví de Madrid. Y mientras tanto a todo alumno, alumna, padre o madre que vino a preguntar por su situación se la dije. La suya, no la de los otros.

Desde el punto de vista de suavizar las decisiones judiciales creo que hice bien. Cuando estuve en Madrid todavía no sabían la que se estaba montando aquí. La nota de LAB salió la víspera y yo ya tuve cuidado de no hablar de ella, una vez más para favorecer a los alumnos implicados. Pero entiendo que es una decisión discutible y algunos padres y madres así me lo hicieron saber. Por eso os envié a todos una carta pidiendo mis disculpas por haber hecho algo que, igual, quebraba la confianza hacia el director.

Si ahora volviera a suceder lo mismo seguramente lo diría inmediatamente. A mí el escándalo no me lo quitaría nadie, a algunas familias se les preocuparía innecesariamente varios meses en lugar de quince días e igual el tema judicial se agravaría, pero nadie podría decir que el director ocultase nada.

Uno de los comentarios que más me han dolido de los que he escuchado es que como director estoy obligado a defender a los alumnos y este caso no lo he hecho. Me parece que es injusto. En primer lugar tengo que defender a todos los alumnos, no sólo a los que se empeñan en hacer lo que les da la gana. Cuando en septiembre decidimos que este acto no se debía celebrar estábamos, sin duda alguna, defendiendo a esa inmensa mayoría de alumnos que no quieren participar de este tema y que están siendo utilizados como población cautiva.

Recordad las muchas situaciones de tensión que vivimos el año pasado con la policía y que en la mayoría de las ocasiones pudimos reconducir gracias a la actitud de dirección. Un alumno, un día, me chilló: “deja de hacerte el héroe”. No es que vaya de héroe, pero tengo que evitar que esos incidentes provocados por especialistas en tirar la piedra y esconder la mano vayan a mayores e impliquen a el resto de alumnos y alumnas. También tenemos que evitar que el acto de septiembre lo utilicen como punto de arranque para hacer del instituto el centro de reclutamiento de chavales menores de edad en un tipo de actividades que cada vez tienen menos eco en las personas maduras.

Por eso, cuando impedí el acto de septiembre estoy seguro de que defendía a la mayoría de los alumnos del instituto, pero a partir de entonces también tengo claro que he defendido a quienes insistieron en celebrar el acto. Primero decidimos no abrirles expediente porque no había tenido resonancia en los medios de comunicación pero también porque de ninguna manera podíamos relacionar en un documento oficial el hecho, que nos parecía que podía ser delito, con los nombres de ningún alumno. La decisión fue clara: a pesar de la evidente falta optamos por protegerlos para empezar e íbamos a hablar con ellos y sus familias para continuar. Lo que no sabíamos es que lo iban a contar ellos mismos con un texto detallado y con ocho fotos sin tapar ninguna cara. Lo que no ha pasado en ningún otro instituto de Euskalerria.

Una vez publicado todo por ellos sólo era cuestión de tiempo que pasará lo que pasó. Se lo dejaron en bandeja a quienes esto le interesaba. Y así me he visto obligado a declarar y a identificar. Haberme negado hubiera sido interesante para quienes impulsan estrategias de desligitimación de todo lo que no les gusta (ellos la montan y yo pringado), pero hubiera valido de poco. Tenía la obligación de colaborar y lo he hecho, pero sin pasarme. Sólo he contado lo que aparece en la dichosa hoja web y me he callado otras cosas que puedo saber. Eso ha sido mi guión. Sólo en mi declaración de Madrid dije una cosa más y fue a preguntas del abogado defensor.

Afortunadamente para los alumnos implicados ha habido muchas personas que han hecho cuanto ha estado en su mano para que esto volviera a los cauces del instituto. El primero yo y mi equipo directivo, pero ha habido otras personas que han tocado todas las teclas que han podido para suavizar la situación. Tengo que mencionar a dos en especial: Carlos Pérez-Nievas, consejero de Educación, y Uxue Barkos, concejala miembro del Consejo Escolar pero también diputada en Madrid. Ambos se han esforzado en explicar que con los expedientes del instituto es suficiente, que es un asunto educativo y no penal.

Poco puedo informar sobre el tema pero parece que las cosas por ese lado van bien: por lo que parece a lo mejor ni siquiera hay petición fiscal. “Parece”, “a lo mejor”,... tengo que dejar claro que es algo que no está en nuestra mano y puede cambiar, pero las impresiones son buenas. Por ejemplo las últimas declaraciones han sido en Pamplona, no en la Audiencia Nacional.

Como podéis ver se ha trabajado en la línea que nos pedía el Consejo Escolar en ese tercer punto y parece que se ha conseguido el resultado deseado.

Y he dejado el 2º punto para el final porque creo que es el más interesante, porque es el que mira al futuro. Ya sabemos lo que ha pasado, probablemente no tendrá ya mayores consecuencias para los alumnos, pero está claro que esto no debe volver a pasar y en eso nos tenemos que esforzar todos.

Hay una cosa en la que la mayoría de las personas aquí presentes estaríamos absolutamente de acuerdo. Cuando el Diario de Navarra sacó la noticia además de para informar también la sacó para fastidiar, para fastidiar al modelo D. Pero somos muchas las personas las que creemos que ha habido personas que les han hecho el juego y esto no se entiende. Aingeru Epalza lo dijo claro en el Diario de Noticias: Iturramako institutuaren auziak erakutsi digu, bertzalde, barnean ditugula etsaiari bidea zelaitzeko prest daudenak. Batzuek nekez dute barneratzen gure geletatik ez direla neska-mutil borrokalarienak atera behar, ezta abertzaleenak ere, baizik eta erneenak, langileenak eta eskuzabalenak. Euskaldunenak, izan izanen dira; aski genuke euskaldunak izanda. (El asunto del instituto Iturrama ha dejado claro, por otro lado, que hay entre nosotros quien está dispuesto a abrirle puertas al enemigo. Hay algunos que difícilmente aceptan que no se trata de que de nuestras aulas salgan los chicos y chicas más luchadores, ni siquiera los más nacionalistas, sino los más despiertos, trabajadores y generosos. Los más vascos ya los habrá, pero bastante tendríamos con que fueran euskaldunes/vascoparlantes)

No debería volver a pasar.

Pero dejando de lado la situación del modelo D hay algo que también es importante, es más importante para quienes nos importa la educación de nuestros alumnos y alumnas, de nuestros hijos e hijas. Cuando vienen al instituto vienen a formarse. Formarse es estudiar y más cosas, muchas más cosas. Pero en el instituto hay que respetar un ambiente y hay que impedir que nadie se aproveche del instituto para crear su propio ambiente. El curso pasado vimos como intentaban una y otra vez que problemas ajenos al instituto entraran de la peor de las maneras posibles en el patio del instituto. Hemos avanzado en este tema. Este año ya no hemos tenido la manifestación semanal que tantos esfuerzos costaba controlar los cursos pasados. El patio del instituto en el recreo ha sido eso, patio de recreo y no lugar de celebración de actividades que tienen otro lugar y otras horas.

Claro que en otro lugar y a otras horas cada vez les cuesta más reunir gente suficiente para nada. Aquí les bastaba con cortar la calle un momento, salir corriendo hacia el instituto y con un poco de suerte entraba la policía y se montaba un escándalo. Incluso con un poco más de suerte había una víctima. No entre los organizadores, claro, que ellos tiraban la piedra y escondían la mano y todo el cuerpo detrás de los chavales de ESO que no se enteran todavía de demasiado y que asistían a esto como a un espectáculo.

El follón que se ha montado con el sumario de la audiencia nacional y que ha incluido las calumnias contra mí ha dejado en segundo plano lo más importante. Ha habido alumnos de este instituto que han pretendido hacer un homenaje a ETA en el patio del instituto. Esto es, se mire como se mire, inaceptable y esto es lo que hicimos en septiembre. No lo aceptamos, decidimos impedirlo y lo abortamos. Afortunadamente para el instituto y el modelo D, afortunadamente para los organizadores, afortunadamente también para el resto de alumnos.

Y esto es lo que habrá que hacer en cualquier momento en que se pretenda hacer algo parecido. No hace falta que esté en nuestras normas de convivencia. Es pura lógica.

El 2° punto del acuerdo del Consejo Escolar llama “a todas las personas de la comunidad educativa del instituto a evitar que hechos como los aquí analizados se repitan en el futuro y se comprometan a respetar las normas de convivencia que hay en cualquier centro educativo”. El año que viene va a haber nuevo director y tendrá que tomar decisiones, mañana mismo seguiré siendo yo el director y seguiré teniendo que tomar decisiones. No puede estar todo previsto en las normas de convivencia, pero lo que sí que se tiene que entender es que en una sociedad, aunque sea pequeñita como ésta, alguien tiene que tener la última palabra y que esto no es autoritarismo, sino la única forma de funcionar. Y no es autoritarismo porque hay mecanismos de control. El Consejo Escolar, la APYMA, el claustro del profesorado, los recursos tras las sanciones,...

Esta misma asamblea es un ejemplo de que hay mecanismos de control. No ha sido nada fácil organizarla. Han sido muchas las reuniones que ha habido que hacer en la APYMA, con la comisión de convivencia. Sé, por lo que me habéis contado, que ha habido que hacer un gran esfuerzo para acercar posturas al menos en la dinámica y objetivos de la asamblea. Pero al final la habéis convocado y aquí está el director para dar la explicaciones que se le pidan.

El director no puede actuar sin control, pero tiene que poder actuar con la confianza de que cuando se le pidan cuentas se va a hacer de forma razonable, recurriendo a los instrumentos de los que se disponen. Y esto vale tanto para los grandes temas como para los pequeños.

La comisión de convivencia, que este curso ha estado formada sólo por profesores pero que seguramente enseguida pasará a trabajar también con la APYMA, con los alumnos, con el personal de administración y servicios, estoy seguro de que va a hacer un gran esfuerzo no para regular todo, que eso no es posible, sino para articular los foros de discusión donde establecer los puntos de encuentro ante cualquiera de los problemas que pueden surgir.

Y en el día a día hay que aceptar que la última palabra, a veces de forma instantánea, la tiene el director y eso hay que respetarlo. Si no el instituto no puede funcionar y a todos nos interesa que funcione. Confiar en él, o en ella cuando sea mujer, y si luego hay que exigirle explicaciones se le exigen. La crítica también es aceptable, pero que sea crítica como es debido.

Me gustaría poder acabar ya dándoos las gracias por haberme invitado a esta asamblea, pero antes tengo que volver a hablar en un plano personal. Acabo de decir que la crítica es aceptable, pero como es debido y en este caso algunas críticas hacia mí han superado con mucho el nivel de lo aceptable. La carta que se repartió en la puerta del instituto firmada por unos padres (no por todos los padres y madres afectados, que hay quien me llamó expresamente para decirme que no tenían nada que ver con ello) me parece que excedía lo aceptable. Pero sobre todo me parece inaceptable lo que dijo y sigue diciendo el sindicato LAB de mí. Es inaceptable porque es injusto y porque me pone, todos sabemos en que país vivimos, en una situación peligrosa.

Estoy seguro de que en esta asamblea hay personas militantes de LAB. Yo no soy de los que mete a todos los de LAB en el mismo saco y por eso quiero pedirles a ellos lo mismo que pedí a sus dos portavoces en educación: haced lo que podáis para parar esto. Lo necesito.

Muchas gracias, eskerrik asko.

Pamplona-Iruñea, 20 de mayo de 2009