Fernando L. Chivite, Diario de Noticias, 11 de febrero de 2009
Todos sabemos más o menos lo que es eso. No hay nada más humano, claro. Ni seguramente nada más diabólico. Calumniar a alguien es mentir sobre él. Pero no se trata sólo de una simple mentira. La calumnia busca un efecto. Primero quiere aislar. Quiere manchar. Luego quiere dañar. Y en último término quiere hundir a alguien. Acabar con él. Por lo que sea. Porque es incómodo. Porque es irreductible. Porque es alguien al que no se puede sobornar. Se suele decir que la calumnia está en todas partes pero el calumniador en ninguna, porque el que propaga la calumnia nunca es uno solo ni actúa a las claras, sino que supuestamente repite algo que ha oído por ahí practicando en la sombra el juicio sumarísimo. De hecho, en la calumnia siempre se da el viejo y repulsivo esquema del "muchos contra uno". O sea, que en el fondo es una especie de linchamiento sibilino. Y algo así está ocurriendo o ha empezado a ocurrir (esperemos que pare ya) con el director del Instituto de Iturrama, Pedro Otaduy, a raíz de un episodio en el que un grupo de alumnos de su centro escenificaron en el patio un conato de homenaje a miembros muertos de ETA, cuyo vídeo fue colgado en Internet, y por supuesto descubierto de inmediato por la Policía. ¿Quién es el responsable de las consecuencias que se derivan de tal acto? ¿Acaso Pedro Otaduy, que en todo momento trató de impedir que dicho homenaje se llevara a cabo puede ser tachado ahora de "culpable"? No hay injusticia mayor que la de calumniar a un hombre inocente. Como decía Joseba Santamaria el otro día, "cuando una sociedad acepta sumisa que se utilice la mentira y la intoxicación para confundir la verdad, ocultar responsabilidades políticas, desviar la atención de los hechos reales y avalar el amedrentamiento personal está abriendo camino al viejo fantasma del fascismo". Que el sindicato LAB le haya acusado de delator es injusto. Y a mi entender, terrible. Otaduy no es así. Por lo que sé, es miembro del Movimiento de Objeción de Conciencia y pacifista activo. Si de algo se le puede acusar con fundamento es de eso.